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Si estás redecorando tu comedor o pensando en renovar tus sillas, seguro que te han llamado la atención las sillas con asiento de ratán.
¡Están en todas partes! Pinterest, Instagram, revistas de decoración...
Pero claro, llega la duda: ¿son realmente una buena opción o es solo una moda que pasará?
Como decoradora, te cuento todo lo que necesitas saber: ventajas, inconvenientes y por qué, si las eliges bien, pueden ser una apuesta ganadora.
La silla de la foto es el modelo Gus y la mesa el modelo Taifin
Primero lo básico: el ratán es un material natural que proviene de una palmera trepadora de zonas tropicales. Se utiliza desde hace siglos en la fabricación de muebles, y su aspecto trenzado, ligero y artesanal lo ha convertido en un favorito de los interioristas.
¿Por qué está tan de moda ahora? Pues porque tiene ese equilibrio perfecto entre lo rústico y lo elegante.
Combina genial con estilos como el boho, el mediterráneo, el escandinavo e incluso con toques industriales si lo mezclas con estructuras metálicas.
La silla de la foto es el modelo Analy y la mesa el modelo Antxeta
Vamos con lo bueno, que es bastante:
Ligeras pero resistentes: el ratán es fuerte y flexible, así que las sillas son fáciles de mover sin ser frágiles.
Muy decorativas: tienen ese “no sé qué” que da calidez y estilo a cualquier espacio. Aportan textura y un aire natural que rompe con lo rígido o lo frío.
Combina con todo: madera, metal, blanco, negro, colores tierra… el ratán se adapta a muchos estilos y materiales.
Transpirables: su trenzado deja pasar el aire, lo que las hace muy cómodas, sobre todo en climas cálidos.
Atemporales: aunque estén de moda, lo cierto es que nunca han desaparecido del todo. El ratán ha estado presente, en diferentes formas, desde hace décadas.
Como todo material natural, el ratán tiene sus puntos débiles:
No le gusta la humedad excesiva: aunque resiste bien en interiores, no es ideal para cocinas húmedas ni para exteriores sin protección. Se puede deformar o estropear si no se cuida bien.
Necesita cierto mantenimiento: no mucho, pero sí conviene limpiarlo con un paño seco o plumero y evitar productos abrasivos.
Puede resultar menos cómodo si no tiene cojín: al ser un material trenzado y rígido, lo ideal es añadirle un cojín fino para ganar confort (¡y para sumar estilo también!).
El taburete alto de la foto es el modelo Analy
La respuesta corta es: no, no es solo una moda. Es cierto que ahora están por todos lados y eso puede hacer que parezca algo pasajero, pero el ratán tiene historia.
Es un material que ha resistido décadas en decoración y que siempre vuelve, renovado.
La clave está en cómo lo integras. Si eliges unas sillas de ratán pensando en el conjunto de tu espacio y no solo porque están de moda, te aseguro que seguirán viéndose bien dentro de 5 o 10 años.
Con mesas de madera natural: para un look bohemio o mediterráneo muy acogedor.
Con estructuras metálicas negras: si quieres un contraste moderno e industrial.
Con textiles suaves (cojines en lino, manteles crudos): para una estética nórdica y luminosa.
En mezcla con otras sillas: crea un comedor más informal y original alternando modelos.
la silla con brazos de la foto es el modelo Analy
Si no vas a estar continuamente sentado sobre ellas, o son de un uso solo para comer o momentos breves son una excelente opción.
En cambio si quieres unas sillas muy cómodas o un aspecto señorial o muy elegante son una opción menos atractiva.
¿Te animas a incluirlas en tu hogar? Si necesitas ayuda para encontrar el modelo ideal según tu estilo, ¡déjame un comentario o escríbeme!
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